Debate presidencial 2023 | Bullrich ya piensa en el segundo round, pero espera el “VAR” del cruce para calibrar su estrategia
SANTIAGO DEL ESTERO.- Patricia Bullrich quiere repasar las imágenes del debate presidencial antes de arriesgarse a dar un veredicto final sobre su performance. Si bien se fue de Santiago del Ester...
SANTIAGO DEL ESTERO.- Patricia Bullrich quiere repasar las imágenes del debate presidencial antes de arriesgarse a dar un veredicto final sobre su performance. Si bien se fue de Santiago del Estero con la sensación de que cumplió los objetivos que se había trazado en la previa del primer round con Javier Milei y Sergio Massa en la pelea por conquistar un lugar en el ballottage, la candidata de Juntos por el Cambio sabe que desperdició una chance en el cara a cara con Massa para fulminarlo con el affaire Insaurralde -un error que vinculan a que traspapeló las planillas de las preguntas cruzadas- y planea ajustar su hoja de ruta de cara al cruce del próximo domingo en la Facultad de Derecho de la UBA.
Incómoda con el formato y los plazos de tiempo de exposición, la exministra buscará acortar sus textos para darle más fluidez a su discurso y perfeccionar el “delivery” de sus mensajes de campaña, para hacer más eficiente su llegada a potenciales votantes de JxC que no concurrieron a las urnas en las PASO. A su vez, sus estrategas prevén darle más potencia a su presentación y reducir el margen de error a la hora de explicar sus ideas de país. No obstante, superar el resfrío que arrastra desde hace quince días se convirtió en la máxima prioridad para Bullrich con vistas a la última batalla dialéctica con sus adversarios antes de la elecciones generales del 22 de octubre.
El estado gripal la mantuvo fastidiada durante todo el choque de los aspirantes a presidente en el centro de Convenciones Forum en Santiago del Estero. El qura plus que tomó en la previa del debate para aliviar los síntomas le secaba la boca. Sentía un dolor constante y el cuadro le impedía escuchar las exposiciones de sus rivales. Por eso, tomaban constantemente agua para aclarar la garganta. “Estaba enferma”, se lamentaron en la mesa chica de la exministra.
En el “VAR” del debate, los colaboradores de Bullrich quedaron conformes. Admiten que cometió un error no forzado cuando desperdició la oportunidad de fustigar a Massa por el escándalo político que generó Martín Insaurralde, quien fue eyectado del gobierno de Axel Kicillof tras la difusión de sus fotos durante un paseo en un yate de lujo en Marbella, cuando le tocó hacerle la pregunta al ministro de Economía en el tramo final del cruce en Santiago del Estero. Bullrich repite que ya había introducido el tema en el primer corte, en plena discusión con Massa y Milei sobre las propuestas económicas, y se jacta de haber logrado que el postulante de Unión por la Patria explicitara su intento de despegarse de un gobierno del que forma parte. “Con caradurismo, Massa dijo ‘este no es mi gobierno, sino el que viene’”, relató Bullrich. Ella se fue con la certeza de que rompió el intento de Milei y Massa de polarizar entre ellos para convertirla en un partenaire de reparto.
Entre los asesores de la exministra vinculan le traspié en el duelo con Massa -”¿mejor que decir es hacer?”- al engorroso formato de preguntas cruzadas. Por lo que planean ahora preparar a Bullrich para el segundo cruce con otra dinámica. “Para el próximo domingo necesitamos más power”, reconocían esta mañana uno de los dirigentes que escoltó a Bullrich en Santiago del Estero.
Anoche, Bullrich no ocultó su enojo por el yerro en el momento de la pregunta a Massa cuando volvió al camarín antes del cierre del debate. En ese lugar la esperaban Martín Siracusa, Juan Pablo Arenaza, Hernán Lombardi, Federica Suárez y el consultor Derek Hampton.
En una conferencia de prensa que concedió en el hotel NH antes de regresar a la Capital, a la que asistió acompañada por Luis Petri y Natalia Neme, opositora a Gerardo Zamora en Santiago del Estero, Bullrich destacó que, junto a Myriam Bregman, fue la “única candidata de la oposición que habló de Insaurralde” durante el debate. “¿Milei? Mudo”, lanzó. En la lectura posterior que hizo la exministra junto con su equipo tampoco pasó desapercibido que el líder de la Libertad Avanza no mencionó la palabra “dolarización”, su principal caballito de batalla en la campaña. Ella lo notó encorsetado. “Ya lo guardó en el baúl”, bromeó Bullrich en la intimidad. Y está convencida de que lo expuso a Milei cuando le preguntó por su alianza con el sindicalista Luis Barrionuevo.
El eje “cambio o continuidad” será central en la estrategia de la exministra con vistas a la recta final de la campaña. Por ese motivo, procurará confrontar con Milei para que explique cómo piensa impulsar las reformas sin sustento legislativo ni capital político entre los gobernadores. En el círculo de confianza de Bullrich estiman que el debate presidencial no alteró el escenario electoral. Si bien harán estudios cualitativos o cuantitativos para medir el impacto del choque de anoche, los armadores de la candidata de JxC arriesgan que se mantendrá la tendencia que detectaron en sus encuestas: Milei encontró un techo y Bullrich comenzó a recuperar casilleros. Respecto de Massa, no ven que pueda crecer y sospechan que los números de los sondeos que lo ponen en segundo lugar están “inflados”. Y no tienen claro cómo podría mover el voto los escándalos de corrupción en la provincia: el caso “chocolate” y el affaire Insaurralde.
Eso sí: creen que Bregman se destacó sobre el resto de los aspirantes y confían que podría arañarle adhesiones a Massa, sobre todo, en la cosecha que obtuvo Juan Grabois. “¡Es Laurita!”, lanzó, en plena carcajada, uno de los asesores de Bullrich cuando escuchó una de las preguntas de la candidata del FIT. Es que en los simulacros Laura Alonso había asumido el rol de Bregman. Con Juan Schiaretti hubo un buen trato. ¿Hubo conversaciones previas para evitar un desgaste? No fue casual que Bullrich no lo atacará y le hablara directamente al electorado cordobés, donde JxC necesita recuperar votos, cuando tuvo que indagarlo al gobernador mediterráneo. “Buen trato”, admitieron en la comitiva de JxC.
Reconocimiento y autocríticaEn el equipo de Bullrich creen que la exministra se destacó cunado se salió del libreto. Por caso, juran que no había ensayado su latiguillo para atacar a Milei con su plan educativo -”andá con los vouchers a la puna”- y que improvisó cuando usó el derecho a réplica para contestarle a Bregman sobre el caso Maldonado. Evalúan que fue un acierto porque le pudo hablar al segmento de las fuerzas de seguridad y federales. Reconocen, en cambio, que le costó a Bullrich desglosar sus propuestas económicas -cometió un error al hablar de la inflación-, su talón de Aquiles.
“Si te gastas los cinco derechos a réplica en la economía es porque tiras al tacho la educación y la convivencia democrática y derechos humanos”, enfatizó Bullrich.
De cara al choque del domingo, la postulante de JxC confía en que podrá capitalizar una de sus banderas de campaña: el orden y la lucha contra el delito y el narcotráfico. Es que la seguridad es uno de los ejes temáticos del segundo round. “Vamos a renovar nuestros objetivos y poner blanco sobre negro”, enfatizó Bullrich antes de irse del hotel.